El gato de Schrödinger

En este famoso experimento mental* se pone un gato en un bunker con pólvora inestable que tiene un 50% de probabilidad de estallar en el siguiente minuto y un 50% de probabilidad de no hacer nada.

Así que, hasta que miremos dentro del bunker, no sabremos si el gato está vivo o muerto. Y cuando miremos estará o vivo o muerto (pero no ambos). Entonces, si repetimos el experimento suficientes veces, con suficientes, gatos y pólvora, veremos que en la mitad de los casos el gatito sobrevive o muere.

La interpretación de la mecánica cuántica es que, antes de que miremos, el gato está en una superposición: está vivo y muerto a la vez. Nuestro acto de mirar fuerza la decisión de la naturaleza, así que nuestra curiosidad mata al gato.

¿Qué pasa con la perspectiva del gato?

El gato puede ver la pólvora explotar o no, así que dentro del bunker tenemos realmente estas dos posibilidades: la pólvora explotó y el gato la vio explotar o la pólvora explotó y el gato no la vio explotar. No existe la opción “la pólvora explotó y el gato no la vio explotar”, así que la realidad del gato se entrelaza con el resultado del experimento, y es nuestra observación del experimento lo que obliga a la naturaleza a colapsar a una opción o a la otra.

Pero nosotros también somos como el gato… o el gato muere y lo vemos muerto o el gato vive y lo vemos vivo. Así que ¿quién nos observa a nosotros para forzar a la naturaleza a colapsar en una sola realidad? o ¿es que las dos posibilidades ocurren en paralelo dentro de un universo más grande?

Este problema del colapso a una sola realidad es una de las preguntas más grandes no respondidas de la física cuántica.

*Este experimento es sólo un planteamiento NO PRÁCTICO, una suposición, y NUNCA debe realizarse en el mundo real con seres vivos de verdad.

Fuente:
https://www.youtube.com/watch?v=z9ebtjvkFm8